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Viblioteca, Bar de vinos y quesos

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 31 ago 2017
  • 4 Min. de lectura

Viblioteca,

C/Vallfogona, 12, Barcelona

Precio medio: 20€




La oferta gastronómica de Barcelona es inmensa la verdad. Tenemos restaurantes y bares para todos los gustos y bolsillos. Cocina tradicional, de vanguardia, “chic”, vermuterías, tapas, cocina de todos los países, más bonitos, más feos, caros, pijos, malos, mugrientos, de lujo…


Si alguno de estos está entre tus favoritos estás de suerte la verdad, porque los hay en cada esquina, pero si eres amante del queso, bueno. Me temo que Barcelona que no es el mejor lugar del mundo para dejarse seducir en este aspecto. Y lo digo con propiedad porque he recorrido muchos sitios, yo diría que todos los que estaban, han abierto y han cerrado durante mis años en esta ciudad. Y para mí, que soy amante incondicional de este producto me resulta frustrante leer críticas de algunos lugares que realmente no se sostienen. No sé porqué lo hacen la verdad. Cuando visito estos locales y veo la realidad siento vergüenza ajena al comparar la realidad con lo que he leído. Artículos de prensa, blogs, publicidad…no tiene sentido, es más, me enfada. Recuerdo un lugar que tanto su publicidad como las críticas en blogs lo ponían como un referente en cuestión de quesos , y lo que vi en su carta era vergonzoso hasta si no figurara el queso como uno de sus productos estrella. Una miserable tabla con cuatro variedades de queso, mal presentada, con los quesos secos por estar cortados de hace tiempo. El resto de la oferta gastronómica era igualmente un sin sentido que mezclaba carne de Kobe con club sándwich, fingers de pollo y pescado “Salvaje”. Reconozco que ese era mi último cartucho. Y reconozco también que ese fue el fin de mi fidelidad a ciertos blogs que supongo que detrás de sus entradas esconden algo más que una simple crítica.


Un día descubrimos un lugar, Viblioteca. Y reconozco que fuimos porque llevamos el queso en las venas y acudimos como adictos para tener nuestra dosis. Y bueno…no sólo acertamos. Creo que descubrimos un pequeño rincón en el barrio de Gracia que hoy por hoy puedo decir que es el número uno en su clase en Barcelona, sin lugar a dudas.


El local está situado en la calle Vallfogona, una zona animada del barrio, agradable para dar una vuelta y tomar algo o cenar de manera informal. Es pequeño, con unas cuantas mesas bien aprovechadas, la barra y unas cuantas repisas para poder degustar los quesos y vinos que ofrecen. Está todo aprovechado hasta el último centímetro, decorado de forma informal, muy original y lo que más me gusta, impoluto. El blanco del local como color principal hace que parezca más grande de lo que realmente es, y sus armarios igualmente blancos, con dibujos y su oferta gastronómica pintada te sugieren constantemente cuál va a ser el plato que vas a probar en tu próxima visita. Porque volverás.




En cuanto al aspecto gastronómico que es lo que nos ocupa, su oferta gira en torno al queso realmente. No a medias tintas. Ofrecen una selección de más de cincuenta referencias bien escogidas presentadas en diferentes tablas según tus gustos que puedes configurar a tu manera, o bien degustar los quesos por separado. El hecho de contar con productos de pequeños productores hace que sea aún más atractiva y difícil la elección. Es más, te permite jugar a la vez que disfrutas comparando las diferentes procedencias, eligiendo una tabla de quesos nacionales y otra de franceses por ejemplo.



Acompañan sus tablas con uvas, manzana ácida y frutos secos que son la mejor opción para limpiar el paladar antes de probar el siguiente bocado. Y para los que gustan de acompañar el queso con confituras ofrecen también una selección de mermeladas a la altura de su producto estrella.

Esta oferta se completa con una serie de platos que no necesitan de fogones, ya que no disponen de cocina, pero eso no es ningún impedimento para completar tu cena. Rillette de oca, carpaccio de calabacín, steack tartar, rollitos vietnamitas, y la mejor ensalada que he probado últimamente, papaya, tomate aguacate, cebolla tierna y cilantro.







Su bodega es extensa y está a la altura de la comida. Además cumple con los requisitos que más me gustan en una carta de vinos como puedes leer en uno de mis post sobre el vino. Encontrarás de todo un poco y a precios correctos. Busques lo que busques lo vas a encontrar, clásicos, pequeños productores, bodegas nuevas y especiales… digamos que tampoco lo vas a tener fácil. Así mismo ofrecen una selección de vinos a copas muy acertada.


El servicio es tranquilo, eficiente, simpático y muy sonriente. Lo mejor de todo es que saben lo que venden y sin duda ese es un valor en alza ya que no es fácil encontrar camareros que realmente muestren interés por saber qué es lo que están vendiendo.


Resumiendo un poco, este es un lugar de visita obligada para los amantes del queso que quieran probar cosas diferentes en un entorno agradable, con un servicio simpático y eficaz, a un precio muy razonable.


Lo mejor: la variedad de quesos nacionales e internacionales a un precio competitivo y la calma pero efectividad del personal.


Lo peor: por decir algo sería el tamaño del local, que se llena pronto y a veces te quedas con las ganas de ir, o tienes que ir demasiado temprano. Aún así no es un impedimento.


Pues hasta aquí mi recomendación sobre este lugar indispensable para los adictos al queso como nosotros.

Nos vemos pronto.





 
 
 

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Soy Raúl. Hablemos de cocina, recetas, restaurantes, debatamos, reflexionemos, todo girando en torno a la gastronomía con cariño y respeto.

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