10 recetas de pasta para estudiantes, capitulo I
- Admin
- 23 nov 2017
- 5 Min. de lectura
Hola estudiante. ¿Cansado de los macarrones con tomate? ¿Lo intentas pero ni tienes tiempo ni ganas? Yo tengo la solución. No. Aunque insistas no voy a llevarte un tupper a casa como si fuera tu madre, además si vosotros, chicos y chicas del futuro que sois capaces de sacaros una ingeniería, mucho me temo que un plato de pasta podréis sacar con nota, vamos digo yo.
Verdaderamente cada vez se ven más jóvenes que no tienen interés por aprender a cocinar. Las estanterías de las tiendas y supermercados están cada vez más llenas de comida preparada que solo necesita de un calentón en el micro para cubrirte una comida. ¿Qué no está rico? Da igual. Es fácil, rápido, cómodo y limpio. Por esa razón supongo que cada vez hay más platos pre cocinados. Arroces, pastas, ensaladas, tortillas, sándwiches, bocadillos, ¿bocadillos? Sí…bocatas. Y si están en las estanterías es porque los compran. Cada vez más cosas.
Sin ir más lejos esta mañana he bajado al super a comprar unas cosas, y delante de mí había un chico con su cesta. Cuando puso sus productos en la cinta habían varias pizzas pre cocinadas, varios paquetes de fideos orientales a los que hay añadir sólo agua, una tortilla de patatas, varios paquetes de pasta y salsa de tomate. Vaya, la compra estándar para la semana.
Pues sí chicos y chicas del futuro. Empecemos por algo tan sencillo como cocinar un plato de pasta en quince minutos. ¿Crees que podrás permitirte ese tiempo y después otros tres o cuatro en lavar los platos? Yo creo que sí.
En primer lugar los truquillos:
A la hora de elegir la pasta en el supermercado lo más normal dada la economía del estudiante lo lógico es coger aquella que sale mejor de precio, y en parte es normal. Pero tenéis que tener en cuenta que algunas marcas blancas son una autentica basura y no sale a cuenta. Por unos céntimos más podemos escoger una de gama media, 0.90 € y 1.5€ y no los 0.60€ de algunas marcas blancas.
Siempre hay que hervir la pasta con abundante agua y sal para que la cocción sea uniforme y no se formen los típicos pegotes.
Hay mucha gente que pasa la pasta por agua fría después de escurrirla para que no se pegue. Realmente no se pegará, pero le quitaremos sabor. Lo más normal es fijarse en el tiempo de cocción que recomienda el fabricante y escurrirla dos minutos antes. Pasamos la pasta a una bandeja plana, la extendemos y esperamos a que se enfríe removiendo de vez en cuando, el calor de la pasta hará que continúe la cocción de manera lenta y la dejará a punto. Mientras hacemos esto podemos ir preparando la salsa o el resto de ingredientes.
Nunca debemos verter salsa sobre la pasta blanca sino al revés. En una cazuela o sartén pondremos el resto de ingredientes y la salsa, y cuando esté bien caliente añadimos la pasta y la regeneramos durante minuto, minuto y medio.
Las montañas de queso no harán otra cosa más que camuflar el sabor de la receta. Realmente el queso es un buen complemento para casi todas las recetas de pasta, pero no olvidemos que en exceso pasaría a cobrar tanto protagonismo como el ingrediente principal.
Si nos sobra pasta hervida podemos guardarla en la nevera en un un tupper con un poco de aceite de oliva para que esté suelta durante un día, dos máximo. A partir de ahí el sabor y la textura se habrá perdido. Lo ideal es consumirla el mismo día, así que es mejor hervimos aquella que vamos a necesitar, y nunca jamás la guardaremos con la salsa añadida.
Por último, si utilizamos una salsa de tomate frito comprada en el super la que más me gusta es de la marca “Hida”, lo más parecido al sabor y textura de una salsa casera.
Así que sin más historias os cuento las primeras tres recetas de esta serie de diez. Espero que os gusten y a cocinar que merece la pena.
Spaghetti cacio e pepe:

Esta salsa se basa en retirar la parte sólida de la líquida del queso.
Ingredientes:
500 g de spaghetti
250 g de queso curado, preferiblemente parmesano o grana padano.
Sal
Pimienta.
Elaboración:
Picamos el queso en trozos grandes, os ponemos en un cazo, cubrimos con agua un dedo por encima del queso y llevamos al fuego. Cuando arranque a hervir bajamos el fuego al mínimo intentando que no hierva para que el suero del queso se separe de la grasa. Veremos que el agua se nos vuelve blanca, y que en el fondo de la cazuela de deposita una masa amarillenta un tanto pegagosa. Este proceso nos llevará un rato y sabremos que está listo cuando la parte sólida del fondo ya no tenga aspecto de queso.
Herviremos la pasta mientras elaboramos la salsa.
Colamos el suero del queso reservamos.
Cuando tengamos lista la pasta, ponemos una cantidad considerable de suero en una sartén, pimienta de forma generosa si nos gusta y llevamos a hervor.
Añadimos la pasta y removemos para que se integre.
Si nos queda un poco seco, podemos añadir un poco más de suero.
Spaghetti carbonara tradicional:

No. La receta tradicional de pasta carbonara no lleva nata aunque todos nos pensamos que se hace así. En realidad es mucho más sencillo que todo eso.
Ingredientes:
400 g de spaghetti.
250 g de panceta, si es ahumada mejor.
100 g de cebolla tierna.
3 yemas de huevo.
75 gr de queso en polvo.
Sal.
Pimienta.
Elaboración:
Ponemos a hervir la pasta.
Mientras se cuece vamos picando la panceta en dados pequeños y las doramos en una sartén con un poco de aceite.
Mientras doramos la panceta picamos muy fino la cebolla. Cuando la panceta esté lista, la sacamos de la sartén, la reservamos y ponemos en la misma grasa a fuego bajo la cebolla para dorarla. Cuando esté lista la cebolla, devolvemos la panceta a la sartén y le damos unas vueltas para que se integre.
Mientras tanto en un bol ponemos las tres yemas de huevo y el queso en polvo.
Cuando la panceta y la cebolla estén cocinadas las ponemos también el bol y esperamos que se termine de cocinar la pasta. Cuando esté lista la escurrimos y la ponemos en el bol mezclándolo todo bien hasta que esté bien cremoso y homogéneo.
Spaguetti carbonara “no tan tradicional”:

Ingredientes:
500 g de spaguetti.
250 ml de nata para cocinar.
250 ml de leche.
100 g de cebolla tierna.
200 gr de panceta ahumada.
Sal.
Pimienta.
Elaboración:
Ponemos a hervir la pasta.
Picamos la panceta en dados pequeños y la salteamos en una cazuela. Mientras se dora vamos cortando la cebolla finamente.
Una vez dorada la panceta la retiramos de la cazuela, y añadimos la cebolla. Cocinamos a fuego bajo hasta que esté bien pochada. Una vez que la cebolla está lista, añadimos nuevamente la panceta dorada, y vertemos la leche y la nata.
Levantamos el hervor y después bajamos el fuego. Coceremos esta mezcla hasta que espese lo suficiente.
Cuando esté lista la salsa, la dejamos reposar un par de minutos. En un bol, ponemos la pasta y añadimos la salsa mezclando bien.
Servimos en el plato y ponemos un poco de parmesano rallado y algo de pimienta al gusto.
Casi todo el mundo elabora esta receta utilizando solo nata, en lugar de nata y leche. En este caso al poner leche en la misma proporción que la nata, obtendremos una salsa más ligera y menos apelmazada, eso sí, tardará más en cocinarse hasta que se reduzca a la densidad apropiada.
Commenti